Autor: Karin Tzschentke

Viena – Durante el último curso de sus estudios de máster en la Universidad Técnica de Sofía, un compañero de clase de Kristina Tsvetanova le pidió que le inscribiera en un curso online, lo cual le extrañó un poco en un principio. Al fin y al cabo, suele darse por sentado que un estudiante de hoy en día es capaz de usar un ordenador y conectarse a Internet.

 

Pero, de pronto, la chica se dio cuenta de que el joven a su lado era ciego. “Por primera vez comprendí hasta qué punto nos comunicamos y trabajamos con tecnologías a las que ciertas personas, como los invidentes, tienen acceso limitado”, nos explica Tsvetanova, que actualmente es una ingeniera empresarial de 25 años.

 

Por supuesto que hay herramientas tecnológicas tales como programas para la lectura y ampliación de pantallas, lectura electrónica y líneas de introducción de datos para Braille o salidas en lenguaje sintético que traducen información electrónica a contenido audible. Pero además de su elevado coste, estas herramientas son bastante engorrosas de utilizar. Hasta ahora, los invidentes han tenido un acceso limitado a tablets modernas y fácilmente portátiles.

 

Aquel encuentro con un compañero ciego fue lo que impulsó a Tsvetanova a emprender un proyecto que ha resultado ser todo un reto: el desarrollo de una tablet para invidentes y personas con visión limitada. Para finales de este año, ya se habrán completado los principales pasos y se presentará el primer prototipo del “Blitab”.

 

Ya existen aplicaciones para esta tablet especial, que hasta la fecha ha conseguido varios premios a la innovación y al impacto social bajo el nombre provisional de Green Vision. A fin de proteger su tablet de posibles plagios, Tsvetanova, directora del proyecto, ha revelado tan solo algunos datos técnicos sobre el aparato, que construirá junto con su novio Slavi Slavev y el hermano menor de éste Stanislav, ambos expertos en software y diseño 3D.

 

Esto es lo que sí ha revelado. Mediante una tecnología de pantalla recién desarrollada, las superficies lisas pueden percibirse de forma táctil. De la pantalla emergen pequeños cilindros físicos, parecidos a botones o burbujas, que representan el contenido digital específico en Braille. Este proceso utiliza un software de conversión a Braille, que forma parte del aparato.

 

La entrada de textos es posible gracias a la integración de un teclado tipo Perkins, que se utiliza para escribir en Braille. El cuerpo de la tablet, de entre 10 y 11 pulgadas, se compondrá de un 60% de aluminio. Utilizará baterías de zinc-aire para almacenar energía. A principios de 2014 Tsvetanova y los hermanos Slavev se mudaron de Bulgaria, su país natal, a Viena, capital de Austria y “corazón de Europa”, sin más que un par de maletas y unos ahorros. Según nos cuentan, en Viena había mejores condiciones para montar una empresa.

 

Comenzaron trabajando de asesores para una gran empresa mientras, en su tiempo libre, seguían dedicándose incansablemente al proyecto de la tablet, viéndose obligados a superar barreras lingüísticas y emocionales mientras lo hacían. “Queríamos saber si íbamos por buen camino con nuestro proyecto y si este realmente respondía a las necesidades de los usuarios, es decir, los invidentes”, explica Tsvetanova. Pero unos búlgaros residentes en Viena, ¿cómo establecen contacto con los invidentes?

 

Fue una mezcla de audacia y suerte. Un día vieron a un joven con un bastón de ciego que se bajaba de un tranvía y se dirigieron a él. Se trataba de Gerhard, de 18 años, que acababa de terminar sus exámenes del instituto. El chico accedió a probar un modelo en 3D para determinar si la configuración de puntos de la escritura Braille se había colocado en espacios que pudieran palparse fácilmente. Entretanto, el joven invidente se ha convertido en uno de los patrocinadores del proyecto Blitab junto con la Sociedad Austriaca de Asistencia a Invidentes y Personas con Discapacidad Visual.

 

Tras presentar su proyecto a varios concursos, no tardaron en atraer la atención de muchos. Gracias al dinero de los galardones que su idea ha cosechado, así como a la financiación gubernamental, los jóvenes vieneses adoptivos han podido dejar sus empleos para dedicarse plenamente a desarrollar un aparato operativo.

 

Una tablet de estas características parece tener enormes posibilidades. Según estadísticas de la OMS, en 2013 había 39,8 millones de ciegos y 285,3 millones de personas con discapacidad visual en el planeta. Un 20% de ellos domina el sistema de escritura táctil inventado por el francés Louis Braille en 1825. Recientemente, ha empezado a circular el temor de que los aparatos de lectura por voz y los monitores dinámicos podrían reducir el interés por aprender el Braille.

 

El conocimiento del Braille es un requisito importante para la integración profesional de los invidentes. El Braille ya se encuentra en medicamentos, en algunos productos alimenticios y, por fin, en espacios públicos como los ascensores. Los jóvenes emprendedores cuentan con tener un prototipo comercializable del Blitab para finales de año. Quieren buscar inversores para poder iniciar su producción en serie.

 

Tsvetanova calcula que el precio de venta del aparato rondará los dos mil euros. También ofrecerán el producto a organizaciones de apoyo a personas ciegas y con discapacidad visual y a bibliotecas para que lo pongan a prueba, y garantizar así que esta tecnología pueda seguir mejorándose continuamente.

 

Tsvetanova es muy consciente de que, con cada premio y con cada informe en los medios, crecen las expectativas. “Pero eso nos motiva aún más a conseguirlo.”

 

www.blitab.com
http://www.blitab.com/
http://www.blitab.com/

 

Karin Tzschentke es editora independiente del diario austriaco Der Standard en Viena.

 

Imágenes:

Copyright: BLITAB Technology GmbH
Todas las imágenes pueden utilizarse gratuitamente.

Blitab-Prueba Persona probando el Blitab

Tsvetanova_Slavev Kristina Tsvetanova y Slavi Slavev

Modelo_Blitab