La ambulancia aldeana: Cómo su aparición
está cambiando la Uganda rural
Si una mujer padece dolores de parto repentinos en una zona totalmente rural de Uganda, lejos de un centro sanitario, y ese parto tiene complicaciones, tanto la madre como el bebé están expuestos a un alto riesgo de muerte. Debido a ello, la ambulancia aldeana ha sido una bendición para las mujeres y para las comunidades en general.
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“Actualmente, la ambulancia aldeana se utiliza en 29 distritos de todo el país. Hemos distribuido 177 ambulancias hasta ahora”, dice White..

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“Actualmente, la ambulancia aldeana se utiliza en 29 distritos de todo el país. Hemos distribuido 177 ambulancias hasta ahora”, dice White.

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“Actualmente, la ambulancia aldeana se utiliza en 29 distritos de todo el país. Hemos distribuido 177 ambulancias hasta ahora”, dice White.


De Didas Kisembo

Bundibugyo, Uganda. La idea de la ambulancia aldeana de Uganda surgió de unas circunstancias poco usuales. Cuando Christopher Ategeka tenía siete años, él y su familia, de Kagote, en el distrito de Kabarole, sufrieron una tragedia. El niño tuvo que presenciar cómo sus padres sucumbieron a la epidemia del VIH/SIDA, lo cual le condenó a hacerse cargo de sus cuatro hermanos.

Un año después de la muerte de sus padres, también falleció su hermano, por causas desconocidas, durante el viaje al hospital. Pero cuando parecía que ya no había esperanza, una norteamericana llamada Carol Adams y su organización local Youth Encouragement Services (YES), que ayuda a niños necesitados, asumió la custodia de Ategeka. Adams, que cuidó del chico durante sus años de educación primaria y secundaria, recuerda que caminaba a la escuela desde la casa de su abuela, en Kagote. “Le conseguimos una bicicleta pero ni siquiera esa ayuda fue suficiente.

Tuvimos que alojarle en casa de su abuelo, en la localidad de Fort Portal, que quedaba más cerca de la escuela”. Cuando Ategeka terminó sus estudios secundarios, Adams echó mano de sus contactos para conseguirle una familia de acogida en Estados Unidos. Durante su estancia allí, el chico obtuvo un máster en la Universidad de California. Según cuenta Ategeka, al volver a Uganda en 2011, los recuerdos de su infancia suscitaron en él la idea de que un medio de transporte de bajo coste podría mejorar muchas vidas e incluso salvarlas.

“Solía caminar varios kilómetros para llegar a Ruteete, la escuela rural donde estudié. Esa bicicleta que recibí del orfanato de Carol Adams cambió las cosas por completo, porque me permitía llegar al colegio en cuestión de minutos”, explica. “Cuando monté la organización benéfica CA Bikes, empezamos haciendo bicicletas y sillas de ruedas, pero yo sentía que había que hacer más”. “El diseño fue todo un reto. Se nos ocurrieron unos doce diseños distintos, hasta que descubrimos algo que funcionaría”.

El diseño que eligió fue inspirado por Daryl Funk, el estadounidense de 59 años que inventó la ambulancia aldeana, que en ese momento ya se fabricaba en Zambia y se distribuía a otros cinco países africanos. Así, empleando piezas y chatarra obtenidas localmente y con un pequeño equipo de artesanos habilidosos, Ategeka y su equipo empezaron a ensamblar la ambulancia y a distribuirla fuera del distrito.

“En tres años, hemos distribuido 120 ambulancias, que actualmente atienden a más de 10.000 personas de comunidades de todo el país”, afirma. Sin embargo, esta no era la primera vez que se usaba una ambulancia rural en África para transportar a pacientes desde zonas remotas hasta centros de salud. ¿De dónde surge la ambulancia aldeana? Todo comenzó en 2007 con una organización zambiana llamada Zambikes, que ofrecía soluciones de transporte únicas en África.

Su objetivo primordial era proporcionar bicicletas de calidad, diseñadas específicamente para las carreteras africanas, a bajos precios. En 2012, los diseñadores de Zambikes y los fabricantes de la ambulancia aldeana decidieron llevar sus operaciones más allá de Zambia. El país que eligieron para pilotar su innovación fue Uganda. “Al interactuar con dirigentes, personal sanitario y humanitario y otros profesionales de la zona, se hizo muy evidente que había una necesidad acuciante de soluciones de transporte básico para pacientes de la África rural”, explica Jared White, director de operaciones de Zambikes.

A continuación, Zambikes creó Pulse, una empresa local, situada en Kampala, que empezó a fabricar ambulancias similares a las que hacía Ategeka. Cuando Pulse se introdujo en el mercado ugandés, CA Bikes dejó de fabricar bicicletas y empezó a comprar ambulancias con dinero procedente de donativos, para luego distribuirlas gratuitamente a localidades de todo el país.

“El trato era que nosotros fabricábamos las ambulancias y se las vendíamos a Ategeka a un precio subvencionado para que él las distribuyera a distintas regiones del país”, explica White. ¿Cuál es la situación actual? “Actualmente, la ambulancia aldeana se utiliza en 29 distritos de todo el país. Hemos distribuido 177 ambulancias hasta ahora”, dice White. Asimismo, servicios como el de cuidados paliativos, que según la OMS habían llegado al mínimo histórico del 10% en el año 2011, han experimentado una mejora gracias a la aparición de la ambulancia aldeana.

“La primera vez que usé la ambulancia me emocioné porque llevaba mucho tiempo encerrada en casa con mi enfermedad sin poder acceder al centro de salud para que me la trataran. Esa ambulancia cambió mi situación: me ha ayudado a trasladarme cómodamente al hospital”, cuenta Annet Rukundo, una mujer de 33 años que vive en el centro de refugiados de Kyangwali, en el oeste de Uganda. Hoy en día, Ategeka cree que mejorar el sistema de salud del país depende, en gran medida, de la innovación. Según nos revela, su organización CA Bikes se encuentra en el proceso de crear nuevas iniciativas. “Ahora estamos abordando el proyecto de las clínicas móviles. Esta es la próxima innovación que lanzaremos”, afirma.