Iluminando ciudades, impulsando vidas
En la Universidad Barefoot de la India las campesinas aprenden a fabricar y mantener paneles solares, proporcionando energía limpia a sus pueblos y creando empleo para la gente que antes no estaba cualificada.
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En Tilonia, India, las mujeres de la zona rural aprender a hacer paneles solares.

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Devi es una ingeniera solar, formada en la Universidad de Barefoot.



Por Nilanjana Bhowmick / Sparknews

Una polvorienta carretera sin asfaltar delimitada por arbustos y matorrales conduce hasta un extenso campus y un gran aulario lleno de paneles solares y equipamiento. Aquí, Geeta Devi, una mujer de 45 años con un sari de lentejuelas rojo y un aro plateado en la nariz, acaba de explicar un circuito que parecía complicado a un grupo de sorprendidas mujeres alrededor de una mesa de trabajo llena de circuitos y linternas.

Devi es ingeniera solar. O para ser más precisos, una ingeniera "barefoot"(descalza), una de las cientos de mujeres de unos treinta o cuarenta años (la mayoría son abuelas) de uno de los lugares más remotos de la India, formada por la Universidad Barefoot para construir paneles solares y proporcionar energía a sus pueblos desconectados de la red eléctrica.

Además de iluminar las ciudades, el programa también se ha convertido en una importante herramienta para impulsar a las campesinas, muchas de las cuales son analfabetas. La vida de Devi sufrió un cambio radical desde su anterior mediocre existencia, cuando se ocupaba de los campos, del ganado y de su familia, hasta ahora, económicamente independiente gracias a su puesto de profesora en la universidad donde gana un pequeño salario.

Es respetada en su comunidad, una persona cuyas opiniones cuentan. "Hoy, importo", dice. La Universidad Barefoot fue fundada a principios de 1970 por el activista social Sanjit "Bunker" Roy y ha enseñado electrificación solar desde 1989. Opera en Tilonia, una localidad pequeña y somnolienta de campos verdes descoloridos y montones de cajas de chocolate, en el desierto estado de Rajasthan, a unos 100 kilómetros de la capital del estado, Jaipur.

Empezando con una mujer y extendiéndose al resto de la India, hoy la huella de Barefoot llega también hasta otros 64 países. Cuenta con una sede del campus en Sierra Leona, una nueva en Zanzíbar y otras previstas en Sudán del Sur, Tanzania, Burkina Faso, Senegal, Liberia y Guatemala. "La política de la Universidad Barefoot, en palabras de Mahatma Gandhi, es llegar hasta el último hombre y mujer", dice Roy.

La mayor parte de la enseñanza aún tiene lugar en Tilonia. Cada año el colegio forma a 100 mujeres de la India y a 80 de Asia, África y América Latina en dos tandas de seis meses cada una. El gobierno indio reconoció el curso en 2008 y cubre los gastos de la formación y del viaje de las estudiantes.

El Ministerio de Asuntos Exteriores paga alrededor de 150.000 rupias (2.500 dólares) además del coste del viaje para cada abuela internacional, mientras que el Ministerio de Energías Nuevas y Renovables paga unas 70.000 rupias por cada alumna nacional. La financiación de particulares y fundaciones ayuda a pagar los equipos solares y otros gastos.

Cada abuela aprende a fabricar, montar, mantener y reparar los paneles solares. Cuando el tiempo lo permite también aprenden a hacer toallitas higiénicas, mosquiteras y velas. Algunas de las estudiantes nacionales se quedan más tiempo y aprenden a construir otros objetos como cocinas solares y calentadores de agua.

Dividido en dos extensos campus, el más reciente alimentado solo por energía solar, la Universidad Barefoot empezó enseñando tanto a hombres como a mujeres. Pero en 2005 Roy se dio cuenta de que el modelo funcionaría mejor si solo formaban a mujeres.

"A largo plazo, como solución sostenible, formar a mujeres mayores es una sabia inversión en recursos humanos. Se quedarán en el pueblo y no se interesarán en buscar trabajos en la ciudad", señala. "Solo quieren vivir cerca del campo, de sus hijos y de sus animales y transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones".

Las alumnas internacionales estudian en el campus antiguo, a un kilómetro aproximadamente del nuevo. Joselyn Mateo Díaz, una abuela de 41 años de la República Dominicana, viajó hasta la India esta primavera para aprender cómo abastecer su pueblo con energía solar. El pueblo al lado del suyo fue recientemente electrificado. "El gobierno se olvidó de nosotros", dice la siempre sonriente Díaz. "Mi único deseo es estudiar con mi nieto por las noches".

Y pronto podrá. Díaz, que aprendió a leer sola, no tiene problemas siguiendo las clases ya que se desarrollan en un inglés básico y mediante circuitos con códigos de color y lenguaje de signos. Cuando vuelva a casa, los vecinos le pagarán una nómina mensual dedicada a cubrir tanto sus servicios como los componentes y piezas de recambio de los paneles. "Conservamos el sencillo modelo de Barefoot para que pueda gestionarse, controlarse y ser propiedad de las propias comunidades", dice Roy.

A nivel mundial, 1.3 billones de personas están desconectadas de la red eléctrica. De ellos, más de 300 millones viven en la India donde el porcentaje de electrificación nacional es del 75% y en el mundo rural desciende hasta un 67%. Más preocupante aún es que unos 800 millones de indios todavía dependen del carbón y de combustibles contaminantes.

Hasta la fecha hay unas 750 abuelas de Barefoot repartidas por el mundo que han proporcionado energía a unos 1.160 pueblos. Esto se traduce en una reducción de cerca de 13 toneladas métricas de emisiones de carbono por día y un ahorro anual de 500.000 litros de queroseno. Y lo que es más, trabajando largas horas en la iluminación solar las familias pobres ahora pueden incrementar sus ingresos. Los pueblos indios conectados a la red convencional no pueden disponer de energía las 24 horas al día. "En los pueblos solares no hay cortes de electricidad", dice Roy. En el campus nuevo, Devi hace un gesto a una de las mujeres que se encuentra alrededor de la mesa, una que todavía mira dubitativa los distintos paneles. "Siempre me preguntan,¿seré capaz de hacerlo?", dice. "Yo les digo que yo pude, así que ellas también".

Para más información
Página web: http://www.barefootcollege.org/
Video: http://www.sparknews.com/en/video/barefoot­college­helps­women­become- solar­engineers


 

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