Maestro en casa, educación que ilumina Honduras
Más de 50,000 hondureñas, en su mayoría madres solteras, cursan su primaria y secundaria a través de un programa de radio que combina el contenido de los libros con las clases en el dial.
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El Maestro en casa es la única opción de educación para Kathia Varela.

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Mientras una de sus niñas come, Kathia se concentra en sus clases radiales.

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Los estudiantes combinan el programa radial con los libros y clases presenciales los fines de semana.

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La fundadora y actual rectora, sor Marta Soto con dos de los conductores del programa.

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Kathia Varela (18) es una de las 50 mil alumnas y alumnos matriculados en el Instituto Hondureño de Educación por Radio (IHER).

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Gran parte del éxito del estudiante obedece al autoaprendizaje a través del libro, junto a los reforzamientos por radio y las tutorías presenciales.

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En la cabina del instituto, Iris Gamero y José Flores durante la transmisión del programa educativo que se difunde en los 18 departamentos de Honduras.



Eduardo Domínguez
dennis.dominguez@elheraldo.hn

Fotografías: Marvin Salgado

Tegucigalpa. Kathia Varela ajusta suavemente la perilla de su viejo estéreo para sintonizar las clases radiales de las 5:00 de la tarde en la emisora católica La Voz de Suyapa, en el dial 910 AM, acompañada de su libro de español en una pequeña mesa. Finalmente, en las ondas radiales suena una introducción modulada con un intercambio de voces entre un hombre y el final pausado de una mujer: “El Instituto Hondureño de Educación por Radio (IHER) presenta su programa El Maestro en Casa”. La lección comienza para la joven de 18 años. Como compañeros, Kathia tiene este año a unas 50 mil de hondureñas y hondureños que también ponen su esperanza de superación profesional al matricularse en esta alternativa, ante la falta de oportunidades para entrar al sistema convencional de enseñanza.

“El Maestro en Casa” es un programa que combina el contenido de los libros, los reforzamientos por radioemisoras y las tutorías presenciales para formar al estudiante, implementado por el IHER desde 1989. Aunque previamente echó raíces en Costa Rica y Guatemala, fue en territorio nacional donde mejores frutos ha tenido, confiesa su fundadora y actual rectora, sor Marta Soto. Desde entonces, un poco más de medio millón de ciudadanos han salido de la oscuridad del analfabetismo con este programa tridimensional, según registros del IHER.

“Al hacerles llegar a las personas la oportunidad de educarse, hubo un cambio y la luz de esperanza, porque solo un pueblo educado es un pueblo libre”, subraya sor Marta. “Bienvenidos... particularmente a los alumnos del octavo grado”, se escucha durante los siguientes segundos de transmisión sintonizados por Kathia, quien cursa el nivel mencionado por el locutor y vive en una modesta casa de adobe y láminas, en una escondida aldea a 25 minutos de la capital hondureña. Lápiz y papel en mano, la estudiante sigue la emisión de la clase, aunque no pierde la atención a sus pequeñas hijas, Ana y Ericka Varela -de tres y un año respectivamente-, quienes ríen y muestran sus mejillas embarradas de espaguetis, alimento que su mami lleva a casa con el esfuerzo de su oficio. “Es difícil porque trabajo cuidando y aseando (empleada doméstica) de lunes a viernes”, relata la joven. Este es un caso común en el IHER, puesto que el estudiantado se caracteriza por trabajar, tener edades comprendidas de 14 a 60 años y ser mujer en el 70 por ciento de los casos. “Estamos muy contentos de compartir el conocimiento que nos dejará el estudio del libro que usted recibió al matricularse”, dice con voz aguda la otra locutora, luego de un minuto de programa.

De esta forma, el libro es el primer pilar del sistema, por lo que el Instituto por Radio implementa una cadena para fabricar y vender los textos a sus alumnos, explica sor Marta. Las obras educativas se dividen en módulos semanales, mientras que las asignaturas no se llevan simultáneamente a lo largo del año, sino que se imparten por roles en bimestres o semestres. “Seguramente ya tiene a mano lo necesario para evitar ir a buscarlo durante el programa”; es el minuto 1:20 de la transmisión. Como segundo pilar, recuerda la rectora, están los reforzamientos a través de un programa radial de una hora diaria, los cuales se emiten en diferentes emisoras a nivel nacional y con un horario especial para cada curso y materia. -Minuto 1:30- “Con ustedes estaremos hoy, Iris Gamero y José Flores”. Ellos dos son parte de los 46 empleados del IHER, aunque su impresionante cobertura en los 18 departamentos de Honduras tiene el sello de los más de dos mil voluntarios que fungen como tutores.

Aquí es donde entran las tutorías -tercer pilar-, impartidas una vez por semana y con una alta asistencia durante sábado y domingo, pues es la única oportunidad de encuentro entre los estudiantes del interior del país y la educación presencial, como la situación de Kathia y el 75 por ciento del alumnado. El IHER ofrece primaria, secundaria y cinco carreras de diversificado, por una módica mensualidad de 100 lempiras, lo que al final se traduce en siete mil diplomas de egresados anuales.

La obra solidaria germinó en tierra fértil pues la matrícula creció de 300 a más de 50 mil alumnos, de 1989 a la fecha. Por eso, sor Marta sostiene que han contribuido a bajar el analfabetismo. Aunque no hay un estudio oficial que ratifique esta percepción, la tasa de personas que no saben leer ni escribir se redujo del 25.4 por ciento al 14.5 por ciento, de 1990 al 2013 -período similar al tiempo de operación del instituto-, según estadísticas del gobierno.

“Es una oportunidad única, aunque trabajar e ir una vez a la semana sea complicado, es una opción buena”, declara Kathia, quien está decidida a finalizar sus estudios. “Le esperamos en el próximo programa”, se oye por última vez. Corre el minuto 59:30. La lección ha terminado. Fin de la transmisión.

Más información
honduras.elmaestroencasa.com