Agua potable en una mochila
La empresa social, que se creó en agosto del año pasado, está dirigida por cuatro jóvenes –David Pong, de 26 años, Lim Chong Tee, de 24, Vincent Loka, de 22 y Pooi Ching Kwek, de 27. Todos estudian en la Universidad Nacional de Singapur (NUS).
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David Pong, de 26 años, Lim Chong Tee, de 24, Vincent Loka, de 22 y Pooi Ching Kwek, de 27 son los creadores del invento.

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Un pequeño muestra como se transforma el agua en potable.

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Los jóvenes estudiantes de la universidad de Singapur muestran cómo funciona la mochila.

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El agua antes de potabilizarla.


por Olivia Ho / The Straits Times

No pesa más de 300 gramos, cabe cómodamente en una mochila y se parece a cualquier bolsa de plástico. Pero este simple aparato puede salvar la vida de la gente que no tiene acceso al agua potable. La bolsa, que se llama Fieldtrate Life, filtra el agua salada, como el agua de los ríos, a través de una membrana y la transforma en agua potable. Nació de la imaginación de WateROAM, una empresa emergente de Singapur que diseña filtros de agua potable para su uso en la ayuda de las víctimas de catástrofes o para las comunidades rurales sin acceso al agua limpia.

La empresa social, que se creó en agosto del año pasado, está dirigida por cuatro jóvenes –David Pong, de 26 años, Lim Chong Tee, de 24, Vincent Loka, de 22 y Pooi Ching Kwek, de 27. Todos estudian en la Universidad Nacional de Singapur (NUS). El señor Pong, director general de WateROAM dice: “nuestra visión es construir un mundo donde nadie sufra la sed de forma prolongada”. Este singapurense, que tiene un diploma de administración de empresas, añade: “en las regiones que hemos visitado, hemos visto niños con problemas de crecimiento porque no tienen suficientes sustancias nutritivas o agua potable. No quieren ir a la escuela porque siempre están enfermos, no pueden trabajar en las granjas y son rechazados en las entrevistas de trabajo debido a sus estados físicos”.

“El agua afecta a todas las cosas en la vida”. El equipo espera que la Fieldtrate Life sea la solución a este problema. El sistema de filtración, que cuesta 35$, es fácil de usar y no necesita electricidad. Cada bolsa, que es de plástico de calidad médica, tiene una manguera por la que sale el agua filtrada. Solo se tarda una hora en filtrar una bolsa entera llena de 6 o 10 litros de agua, que puede servir a una media de 5 a 7 personas. Puede durar de tres a cinco años porque utiliza membranas cerámicas que son más duraderas que las tradicionales membranas poliméricas, que se deshacen más rápido.

El equipo de WateROAM dice que son los primeros en usar la tecnología de las membranas cerámicas, que se destinan por lo general a la gestión de residuos, en los filtros de agua potable. WateROAM tiene además un sistema más elaborado que se llama Fieldtrate Plus, creado antes del Fieldtrate Life. El Fieldtrate Plus, que tiene el tamaño y el peso de una gran maleta de 30kg, se vende por 1.500$. Puede producir hasta 500 litros de agua limpia cada hora, suficiente para las necesidades de cientos de personas. Hasta ahora, los filtros WateROAM abastecen de agua potable a casi mil personas en tres países, entre los en Bintan que se encuentran un orfanato, Indonesia; una aldea en Phnom Penh, en Camboya; y las víctimas de las inundaciones del pasado mes de diciembre en Kelanrtan, en Malasia.

El señor Lim, director de márquetin, dice que comenzó a interesarse por la potabilización del agua tras un viaje a Phnom Penh cuando estaba en el instituto. Allí, vio a un joven beber agua sucia de un foso inundado. “El agua estaba muy marrón, incluso verde, pero aun así se la bebió. Cuando lo vi, me impactó de verdad”. En ese momento decidió estudiar Ingeniería Medioambiental en la universidad para poder enfrentarse a los problemas del agua. Ahora está en su tercer año de facultad.

El señor Loka, director financiero de WateROAM, dice que el agua potable escasea en su ciudad natal de Medan, en Indonesia, a causa de las frecuentes inundaciones. Este estudiante de Ingeniería Medioambiental, en segundo año, dice: “he elegido este camino porque espero ayudar a mi país algún día”. Hoy, WateROAM vende los filtros a ONGs como World Vision o Canact and Relief.sg, que los llevan a las poblaciones del extranjero. Los miembros del equipo también viajan, a veces se pagan ellos mismos los pasajes de avión, para ayudar a instalar los sistemas y formar a sus usuarios sobre la higiene del agua.

El señor Pong, que fue a Kelantan en marzo, dice: “tres meses después de las inundaciones, muchas personas cuentan ahora con ayuda humanitaria para el agua embotellada. Nosotros queremos desarrollar sistemas que sean más sostenibles”. El próximo paso de WateROAM es el desarrollo de Fieldtrate X, un filtro que puede soportar agua con arsénico, un problema considerable en las aguas subterráneas de regiones como Phnom Penh y Bangladesh. El gobierno de Bangladesh está probando un prototipo de Fieldtrate X y el equipo cree que estará listo para su uso subterráneo en seis meses.

Pong se ha graduado en la NUS el año pasado, los demás compaginan sus trabajos en WateROAM con sus estudios. Pero Lim dice que la presión “no es intimidante”. Y añade: “es el trabajo de mis sueños”. Volvió a Phnom Penh el pasado junio, esta vez con un Fieldtrate Plus. “Cuando vi a los niños del pueblo corriendo alrededor del filtro, jugando por fin con agua limpia, sentí que todo lo que hago vale la pena”.